9 DE JULIO: REYKJAVIK – BLUE LAGOON - MADRID
Los
ruidosos motores de los aeroplanos nos despertaron la mañana de nuestro último
día en Islandia. Pronto, nos dirigimos de nuevo al centro de la ciudad para
pasear por las encantadoras y soleadas calles de Reykjavik, comprar algunos souvenir y
buscar la oficina postal para enviar algún recuerdo a nuestros amigos y
familiares. No disponíamos de mucho tiempo, puesto que antes de las 16:00 horas
debíamos de hacer entrega de la caravana en las oficinas de McRent en la
ciudad de Keflavic. Como el vuelo de regreso no despegaba
hasta las 00:30 horas de la madrugada, barajamos dos opciones para el último
día; conocer a fondo la ciudad de Reykjavik o bien visitar la Blue Lagoon,
finalmente nos decantamos por esta última opción para completar el día.
Una de
las cuentas pendientes que tenemos en Islandia, es la de conocer a fondo la
ciudad de Reykjavik, y engullirnos plenamente en la cultura
islandesa. A pesar de que las poblaciones islandesas no se han convertido en un
importante reclamo turístico, y de que concretamente su capital no cuente con
una excesiva tradición histórica, ni importantes monumentos o museos
reconocidos mundialmente, el encanto de sus calles, bares, cafés, parques y sus
gentes cautivan al turista en cuestión de pocos segundos, y con nosotros no fue
una excepción. No obstante, tuvimos el privilegio de pasear cómodamente por sus
alborotadas calles antes de ponernos rumbo a la conocidísima Blue Lagoon.
Muy a
nuestro pesar, dejamos atrás la ciudad de Reykjavik y nos poníamos rumbo, a Keflavik,
concretamente a las oficinas de McRent. Desde allí, la misma joven que nos
recogió en el aeropuerto volvería a llevarnos hasta la misma terminal donde
unos días atrás nos encontramos. Recogimos nuestro equipaje y con tristza le
dimos nuestro último adiós a lo que durante diez días, se había convertido en
nuestro hogar. En la misma terminal,
tomaríamos un autocar que nos llevaría hasta la Blue Lagoon para
realizar esta vez si, nuestra última
visita turística en Islandia. A Apenas 10 minutos en autocar, se encuentra el
mayor balneario de Islandia y posiblemente la atracción más concurrida de la
isla. Sus aguas termales color azul turquesa, son el telón de fondo ideal para
despedir de forma relajada unas agotadoras y fascinantes vacaciones alrededor
de Islandia. El concurrido complejo, cuenta
con un amplio repertorio de piscinas geotermales, masajes hidráulicos,
baños de vapor , sauna y barros con efecto exfoliante para la piel.
Despedimos nuestros últimos momentos en Islandia sumergidos
en las aguas termales de la Blue Lagoon,
enjabonándonos la cara con los barros foliantes y relajando tensiones con unas
refrescantes cervezas bajo el radiante sol islandés… Y ahora sí, tras una
ligera ducha y recoger nuestros equipajes en la consigna del aeropuerto, tocaba
regresar a casa. Al borde de la media noche nuestro vuelo con la compañía
alemana German Wings partía desde Keflavic hacia Hamburgo. Somnolientos esperábamos
en la terminal nuestro vuelo de regreso, atrás dejábamos imágenes y momentos
inolvidables para el recuerdo, nuestro viaje había superado con creces las
expectativas marcadas, todo un éxito sin duda para nosotros; desde la
expectación de los primeros momentos en Thingvellir y nuestro primer sol del media noche en Selfoss, la
desolación e inmensidad de los paisajes lunares en Landmanalaugar, la
emoción de ver a Geysir en acción, las fastuosas cascadas de Gulfoss, Seljalandfoss, Skogarfoss y la
sombría Svartifoss, los vientos helados bajo las leguas glaciares, la
curiosidad de los diminutos frailecillos revoloteando los acantilados de Vik, el
aroma a plantas silvestres en Skafftafell, el fuerte estruendo de la gran cascada
de Detifoss, las anécdotas compartidas en la autocaravana, los
deliciosos baños termales, la inigualable magia de Jokulsarlon… una
ventura de por vida que ninguno de nosotros podrá nunca olvidar, por lo que
solamente podemos pensar… HASTA PRONTO ISLANDIA!!